¿Qué ha cambiado en mi la pandemia?Sabes... siempre me lo he preguntado. Y les puedo decir qué muchísimo. Me despierto a cada rato cuando me dispongo a dormir. Veo el reloj y apenas han transcurrido segundos. No sufría de insomnio. Al menos si tenía un evento de relevancia, no me dejaba dormirme. Me ha robado mis sueños plenos. El amanecer se me hace eterno.
Al llegar las 4:30 am era mi hora de levantarme para alistarme para ir a mis faenas laborales. Al rato mi subconsciente me detiene. Que vas hacer, si no hay trabajo para ti. Eso me pasaba al comienzo de esta interminable pandemia.
Mi hábito de escribir algo en las redes sociales, se hizo mi pasatiempo más frecuente, para sentirme que estoy viva. Y por supuesto mis fotos de recuerdos.
¿Qué día es hoy? Pregunta frecuente. Ya me estaba dando miedo, de perder la noción del tiempo. Ahora, un cambio rotundo de impartir mis clases. Pasando de estar en un salón de clases, escuchando las anécdotas de mis estudiantes, a una pantalla, virtual. Tremendo desafío. Transmitir mis conocimientos y atenderlos de una manera aislada y fría. Extraño el calor humano de ellos.
Pero a través de esta pandemia, aprendí a valorar cada granito de arroz, cada centavito que apartaba. Y que puedo decir, mi familia, amistades y sobre todo la salud. De compartir más, lo poco que tengo en estos momentos tan difíciles.
De tener presente más al Señor. Mi rutina diaria de escuchar la misa. ¡Y cómo reconforta! Antes solo iba los domingos. Ahora veo la vida de otra manera. Con otros matices. Extraño un caluroso abrazo, mi grata familia que entre veces los veos, en video llamadas y un rico beso en la mejilla o la frente.
Autora: Gaviota
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